¿Envidia?

No podía evitar mirar con desprecio a la ingenua que se encontraba delante de mí. Alta y guapa como era se creía mejor que todos los que estábamos detrás. Su andar y paso decidido lo decían todo.

Seguramente sería una de esas secretarias de altos cargos, despreciadas por todos y humilladas acaso por unos pocos, que se hacían llamar jefes.


Pero claro, esto a ella no le importaba. Tenía lo que más ansiase: un novio perfecto dispuesto a darle todo lo que se le antojase, no tendría problemas financieros: su ropa lo decía todo de ella.


Llevaba una corta falda, insinuante, de color rojo. A juego tenía puesta una chaqueta blanca, por debajo de la cuál asomaba una camisa del mismo tono de la falda de seda. Era un modelito bien caro, y no encajaba en el lugar donde nos encontrábamos toda esta gente y yo.


Empieza a sonar la melodía de un móvil y veo que lo coge con ligereza, de último modelo, no podía ser de otra forma. Quizás sea su amante, o su jefe, reprochándole el tiempo perdido que emplea esperando con toda esta panda de perdedores…


Lo que ella no sabe es que toda esta panda de perdedores son felices. Claro que lo somos, su vida puede ser perfecta, puede ser bella y tener uno de los mejores cargos en una famosa empresa de New York, pero no sabe vivir la vida.


No, ella no entiende de alegrías. Porque no ha tenido que sufrir para poder disfrutar de las pequeñas recompensas que el trabajo otorga. Porque no ha tenido que tropezar una y otra vez con la misma piedra, hasta arañarse las rodillas y descubrir entonces que tiene gente a su lado que le ayuda a levantar.


No conoce la amistad verdadera, el amor intenso que se pierde, las pequeñas cositas de la vida. Porque vive tan solo en la superficie, y no quiere penetrar más adentro…


…Porque nosotros somos felices y ella no.


Cuelga el móvil y da media vuelta, me mira a los ojos. Por una milésima de segundo veo que quiere salir de aquí, que quiere gritar, tirar todo por tierra y empezar a vivir.


Y echa a andar hacia la salida.

Ha sido una sola mirada. Una mirada de súplica. Al fin y al cabo, la apuesta chica no es lo que parece.



EchaAAndarYComienzaAVivir...




Bueno, la cosa va tirando...

Echo de menos muchas cosas de él, eso nunca se va a negar. Pero no, tengo que convencerme de que no vale la pena lamentarse por el pasado.


¡¡Ale, a vivir la vida que es lo que nos toca gente!!

Besos:


~Martukya©

...y en tu sonrisa aun puedo ver la luz de aquel amanecer.

Comentarios

  1. Nada ostentoso que envidiar...mmm
    Todo es pasajero,ya se sabe.
    un besote feaa,teequiero.

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  2. muy cierto
    los desafíos son los que dan la verdadera felicidad
    por muy miserable que te puedas sentir en el camino
    el momento de llegar a la meta no te lo puede arrebatar nadie


    ale!!
    a ser feliz!!

    un beso!!

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  3. cuanta razon tienes, lo importante es eso, vivir las pequeñas cosas por las que has luchado.

    Cuando alguien hace algo por si mismo se siente mejor. Espero que se pase rapido, yo tambien he pasado por algo asi, y creeme todo acaba saliendo bien.

    Tu sigue escribiendo para que yo lo lea, porque em encanta las entradas.



    unbeso!
    y estoy esperando tu próximo texto
    :)

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Martu

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