Este fin de semana ha sido la Fiesta del Olivo en mi pueblo, y había un concurso de pintura rápida a parte de comidita regional y rosquillas caseras. El concurso comenzaba a las 10 (se retrasó hasta las 10.30) y teníamos hasta las 14.00 los participantes para entregar los respectivos dibujos, así que me animé con un carboncillo. Estuve 3 horitas al sol en las cuales estuve hablando con gente de lo más variopinta, gente que me echaba fotos, gente que se ponia a mi lado a darme conversacion y que no me aburriera... Y después de esas largas horas y una quemadura grado 3204620364 en los brazos decidí que el carboncillo estaba terminado. ¿Y cuál fue mi sorpresa? Gané el concurso, primer lugar y 300€ de premio para casa, que irán invertidos en un portátil para la universidad y poder tomar apuntes. Estoy emocionada, y no exactamente por el dinero, que es una gran incentiva, sino por la gente que se pasaba por allí a apoyarme y decirme lo bien que lo hacía, por la gente que luego me f...
La palabra de hoy, la he debido de decir... Uf. Es que últimamente todo es muy rancio a mi alrededor Ña, son los exámenes, no me hagáis caso... Martukya(c) Art
Dicen que en el amor todo vale, que cada uno de nosotros tiene, en el lugar menos pensado, a una persona esperándole. Si claro, pero... ¿Cuantas veces tienes que tropezar hasta dar con ella? Y es que, cuando te enamoras te das por entero, es tu momento de máxima debilidad. Quedas a merced de esa persona con el pecho abierto y el corazón al descubierto... Si ese corazón no se arropa, coge frio y, poquito a poco crea una capa de escarcha impenetrable e indestructible. A veces se envenena, un pequeño virus anida y, despacio (como actúan los venenos más mortales) va expandiéndose hasta que el corazón queda inutilizado y se rompe, se corroe. Pero claro, esto se puede remediar a tiempo: hay que evitar esos pequeños virus que vienen en forma de celos. Y por último, y no menos importante queda el ataque directo: la puñalada. El más rápido y mortal de todos, el más doloroso. El mundo se cae y te destroza. Tanto es así que muchos no vuelven a abrir el corazón tras haber cicatrizado; no...
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Martu